La pirotecnia no solo ilumina el cielo en celebraciones, sino que también deja una huella profunda en la salud emocional de los perros. Según un estudio reciente coordinado con la Universidad de Utrecht, cerca del 79 % de los perros muestra signos de estrés y un 77 % reacciones claras de miedo frente a fuegos artificiales y petardos. Además, más de un tercio presenta comportamientos considerados fóbicos, con impactos duraderos que pueden extenderse más de media hora después de la explosión sonora.
Los resultados —basados en encuestas a dueños de más de 3.000 perros y 600 gatos en los Países Bajos— revelan que estos niveles de ansiedad y temor no son aislados ni pasajeros. Los canes con fobia a los ruidos frecuentemente temblaban, jadeaban o buscaban apoyo físico de sus dueños, lo que demuestra una reacción emocional intensa que afecta su bienestar general durante períodos prolongados de actividad pirotécnica.
La investigación apunta a que muchas de las estrategias más utilizadas por los dueños, como poner música, crear refugios en casa o emplear feromonas calmantes, no ofrecen efectos duraderos. De hecho, menos del 30 % de los propietarios observó una mejoría estable tras aplicar estas técnicas.
Incluso los tratamientos farmacológicos, aunque más eficaces a corto plazo —como benzodiacepinas o gabapentina—, solo ofrecen alivio temporal, sin erradicar la raíz del problema. Esto subraya que, cuando la fobia está ya instaurada, resulta difícil de revertir, y las soluciones actuales muchas veces se quedan en el control parcial de los síntomas.
Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es que solo uno de cada cinco perros fue habituado al ruido considerable durante su socialización temprana, y estos animales exhibieron tasas de miedo severo significativamente más bajas. Esto sugiere que la prevención mediante socialización y habituación al sonido desde cachorro podría ser la herramienta más efectiva a largo plazo para evitar situaciones de estrés grave.
También se observó que los perros adoptados suelen mostrar mayores niveles de miedo intenso comparados con los criados en hogares estables desde pequeños, lo que refuerza la idea de que las primeras experiencias auditivas tienen un impacto duradero en la respuesta emocional del animal.
Por eso, profesionales y defensores del bienestar animal insisten en que la prevención y educación temprana del perro y de los dueños son esenciales para garantizar una vida más tranquila y saludable para nuestros compañeros caninos.
Susana says:
Detrás de cada estallido de luz hay un corazón peludo que sufre en silencio. La mayoría de nuestros perros vive la pirotecnia como un momento de miedo profundo, no de celebración. Prevenir, educar y acompañarlos puede marcar la diferencia entre el pánico y la calma. Cuidemos su mundo como ellos cuidan del nuestro