
El yogur sin lactosa y sin azúcar se ha convertido en un alimento cada vez más utilizado por tutores responsables que buscan opciones naturales para complementar la dieta de sus perros. Este derivado lácteo, adecuado para animales intolerantes a la lactosa, destaca por su aporte de probióticos, calcio y proteínas, nutrientes que pueden favorecer la salud intestinal, inmunológica y ósea de los canes.
Expertos en nutrición animal señalan que la presencia de probióticos en este tipo de yogur ayuda a equilibrar la flora intestinal, lo que mejora la digestión y reduce la aparición de molestias gastrointestinales. Además:
Los veterinarios recomiendan ofrecer el yogur sin lactosa y sin azúcar como un complemento, nunca como sustituto de una dieta equilibrada. La cantidad ideal depende del tamaño del animal, pero se aconseja comenzar con 1–2 cucharaditas por cada 10 kilos de peso, incrementando ligeramente si el perro lo tolera bien.
El yogur puede darse solo, mezclado con el pienso o como base para snacks caseros, siempre vigilando posibles reacciones digestivas.
Para asegurar la tolerancia y evitar problemas gastrointestinales, los expertos recomiendan:
Estas variantes destacan por su mejor digestibilidad y menor contenido en aditivos.
Aunque se trata de un alimento generalmente seguro, cada perro es único. Por ello, antes de incorporar el yogur a su alimentación habitual, es fundamental consultar con un veterinario para asegurar que es adecuado según su edad, peso, historial de salud y necesidades nutricionales.
Con moderación y bajo supervisión profesional, el yogur sin lactosa y sin azúcar puede ser un complemento saludable y delicioso para muchos perros.

Celia says:
Una buena idea se lo daré a mí Nuk