
Un estudio reciente realizado en Alemania aporta nueva evidencia sobre la eficacia del plasma físico frío (CPP) en el tratamiento de la otitis externa canina (OE), una afección común en perros que afecta a más del 7 % de la población canina cada año. Los resultados muestran una mejoría significativa en las puntuaciones citológicas —especialmente frente a cocos y levaduras— en los oídos tratados con CPP frente a los tratados solo con solución salina.
La otitis externa canina es una inflamación del canal auditivo que suele estar asociada a enfermedades cutáneas como la dermatitis atópica, y afecta con mayor frecuencia a razas como beagles, basset hounds, golden retrievers y labradoodles. El tratamiento de casos crónicos puede verse complicado por la formación de biopelículas y la creciente resistencia a los antimicrobianos, lo que ha impulsado la búsqueda de terapias alternativas.
El plasma frío —también conocido como “cuarto estado de la materia”— se caracteriza por generar especies reactivas de oxígeno y nitrógeno (ROS y RNS), radiación UV y campos electromagnéticos que favorecen la cicatrización de tejidos y el control microbiano. A diferencia del plasma térmico, el CPP no eleva significativamente la temperatura, lo que permite su uso seguro en tejidos vivos tanto en medicina humana como veterinaria.
En el estudio, se trataron perros con otitis externa bilateral, aplicando plasma frío durante 30 segundos en uno de los oídos, mientras que el otro solo recibió una limpieza con solución salina isotónica. El gas utilizado fue una mezcla de argón, nitrógeno y oxígeno, administrado mediante un accesorio ótico diseñado para llenar por completo el canal auditivo.
Durante las tres semanas posteriores al tratamiento, los investigadores observaron una reducción significativa de cocos y levaduras en las muestras citológicas de los oídos tratados con plasma frío. Aunque también se redujo el número de bacilos, esta diferencia no fue estadísticamente significativa.
“El plasma físico frío o no térmico parece ser una opción terapéutica beneficiosa para la otitis externa canina, según las puntuaciones citológicas de este estudio”, concluyen los autores. Sin embargo, advierten que serán necesarios ensayos clínicos aleatorizados y doble ciego para confirmar su eficacia a largo plazo y determinar los tiempos de exposición óptimos.
Con el aumento de casos de resistencia bacteriana y fúngica en las infecciones óticas caninas, el plasma frío podría convertirse en una herramienta valiosa en la práctica veterinaria moderna. Su capacidad para destruir microorganismos sin dañar el tejido sano y su efecto antiinflamatorio lo posicionan como una terapia innovadora para el futuro del bienestar auditivo en los perros.

Maria jesus says:
Buenas noticias, poco a poco la ciencia avanza