En los últimos años, la exposición de animales a las llamadas «drogas de abuso» (DA) humanas ha comenzado a ser una preocupación creciente en el ámbito de la medicina veterinaria. Aunque anteriormente se consideraba un fenómeno poco frecuente, las tendencias actuales indican que esta problemática está en aumento, convirtiéndose en una emergencia que requiere atención inmediata.
Según un estudio retrospectivo realizado por el Sistema de Laboratorio de Salud Animal e Inocuidad Alimentaria de California (CAHFS, por sus siglas en inglés), llevado a cabo entre los años 2013 y 2023 se confirmaron múltiples casos de perros afectadas por exposición a estas sustancias. En total, 57 muestras dieron positivo para drogas de abuso mediante técnicas avanzadas como la cromatografía líquida con análisis de espectrometría de masas en tándem, un método altamente confiable para detectar sustancias químicas en muestras biológicas.
Los resultados revelaron que en el 75% de los casos, las drogas detectadas incluían estimulantes y metabolitos de tipo anfetamínico, como metanfetamina y anfetamina. Además, en casi la mitad de los casos (47%), se encontró la presencia de más de un grupo de fármacos en las muestras, lo que indica que algunos animales estaban expuestos a combinaciones peligrosas. La mayoría de las detecciones se realizaron a partir de muestras de orina, y en al menos un 32% de los casos, las muestras se enviaron debido a sospechas de crueldad animal. Lamentablemente, en un 41% de los casos, los animales ya habían fallecido cuando se enviaron las muestras, lo que subraya la gravedad de estas exposiciones.
Este fenómeno pone en evidencia la necesidad de realizar más estudios para comprender mejor la prevalencia y el impacto de las drogas ilícitas en animales pequeños. La utilización de pruebas confirmatorias es fundamental para detectar con precisión estas sustancias y así poder tomar las medidas adecuadas para proteger a las perros.
En conclusión, la exposición a drogas de abuso en animales es un problema emergente que requiere atención urgente por parte de veterinarios, investigadores y dueños de perros. La sensibilización y la investigación son clave para entender y afrontar esta peligrosa tendencia que, si no se controla, puede tener consecuencias devastadoras para la salud y la vida de nuestros compañeros animales.
Susana says:
Interesante artículo. Los perros se merecen cuidados y cariño y no que se les maltrate de esta forma.