
Un equipo de investigadores de Royal Canin ha desarrollado un prototipo de herramienta diagnóstica basada en aprendizaje automático para ayudar a los veterinarios generalistas a identificar de manera más precisa la dermatitis atópica canina (DAC), una de las enfermedades alérgicas de la piel más comunes y complejas en perros.
La DAC es una enfermedad inflamatoria, hereditaria y crónica, caracterizada por picor intenso, lesiones cutáneas recurrentes y sensibilización a alérgenos ambientales. Su diagnóstico sigue siendo un desafío clínico, ya que no existen biomarcadores específicos y los síntomas pueden confundirse con otras dermatosis. Se estima que afecta entre el 10% y el 15% de la población canina, aunque los expertos advierten que sigue siendo una patología infradiagnosticada o sobrediagnosticada.
Para mejorar la precisión diagnóstica, el equipo de Royal Canin aplicó técnicas de aprendizaje automático tipo “Bosque Aleatorio” (Random Forest) sobre un conjunto de 645 casos clínicos procedentes de nueve veterinarios de referencia en cuatro países europeos. Los datos se dividieron en un 67% para entrenamiento y un 33% para validación del modelo.
El algoritmo logró identificar cuatro variables clave relacionadas con el historial del perro y tres localizaciones corporales con alta relevancia diagnóstica. Los factores más determinantes fueron:
En cuanto a las lesiones, las zonas más significativas resultaron ser axilas, región inguinal y otras áreas específicas, reduciendo de 15 a solo tres las localizaciones iniciales analizadas.
El modelo alcanzó una sensibilidad del 95% y una especificidad del 84%, cifras que lo posicionan como una herramienta complementaria eficaz para apoyar el diagnóstico clínico en la práctica veterinaria diaria.
Los investigadores subrayan que este modelo representa “un prototipo relevante para una futura aplicación práctica que podría incorporarse a las consultas veterinarias generales, facilitando la toma de decisiones clínicas junto con las pruebas existentes”.
Gracias a esta herramienta, los veterinarios podrán reducir el tiempo de diagnóstico, mejorar la precisión y optimizar los tratamientos de una enfermedad que requiere un manejo multimodal y de por vida.
La dermatitis atópica canina, además de afectar gravemente la calidad de vida de los perros, implica un alto impacto emocional y económico para sus familias, por lo que avances como este suponen un paso decisivo hacia una medicina veterinaria más predictiva, preventiva y personalizada.
